Con el paso del tiempo, nuestras mentes se han visto cada vez más bombardeadas por sensaciones, estímulos y pensamientos cada vez más contradictorios, provocando una enorme cantidad de confusiones y preocupaciones.
Esta impactante realidad, la mayoría de nosotros, la experimentamos alguna vez en nuestras vidas. Por eso es que, desde hace algunos años, la meditación ha adquirido un gran auge en el ámbito de la salud, tanto física como mental.
La meditación ofrece no solo una oportunidad única para rebajar el estrés y alcanzar un estado de relajación profunda, sino que, para algunos, esta práctica representa un antídoto para el estado de ansiedad que la mayoría de nosotros sufrimos.
¿Qué es la meditación?
La meditación es una antigua práctica de mindfulness que se remonta a hace miles de años en el Oriente Medio. Sus principales objetivos son los de lograr el relax y el desarrollo de la atención plena.
Esta técnica trata de aprender a controlar nuestra mente y concentrarnos al momento presente, con el objetivo de dejar ir distracciones y pensamientos intrusos que nos impiden disfrutar el presente. La meditación puede tomar diferentes formas, como meditación trascendental, meditación zazen, mindfulness, entre otras.
La meditación se relaciona, en muchas de sus formas, con las religiones orientales, como el budismo, el hinduismo y el taoísmo. Aun así, se puede practicar también sin estar vinculado a alguna particular forma de creencia.
¿Cómo meditar?
La meditación no es para nada complicada. La regla principal para la meditación es encontrar un lugar cómodo y relajado, en el que no tengamos ninguna distracción y nos focalicemos en el momento presente. También podemos elegir alguna forma de meditación específica con la que nos sintamos cómodos a la hora de lograr el correcto estado de conciencia.
Para empezar, es recomendable sentarse en una postura cómoda sobre el suelo o una silla, con los pies apoyados en el suelo. Esta postura es clave para evitar cualquier estrés que pueda generar la sensación de incomodidad.
Luego, con los ojos cerrados, se empieza a respirar de la manera más profunda y lenta posible, poniendo el foco de atención en el proceso de respirar. Esto ayuda a establecer la presencia tanto física como mental en el momento presente.
A medida que se entienda y se perfeccione el proceso de meditación, se pueden agregar más elementos como la visualización de imágenes mentales o el uso de objetos para elevar la conciencia a un plano más profundo.
Los beneficios de la meditación
Los beneficios que ofrece la meditación son muchos y se pueden apreciar a distintos niveles. Por ejemplo, a nivel físico, la meditación logra mejorar nuestro sistema respiratorio, reduciendo el ritmo cardíaco y la tensión muscular, al mismo tiempo que contribuye a regular la presión arterial y el metabolismo.
Además, también nos permite equilibrar la mente, liberarnos de sentimientos innecesarios, manipúlate pensamientos y disminuir la ansiedad y el estrés. La meditación permite lograr un cambio radical en nuestra mente a través de la claridad que logramos alcanzar al profundizar en nuestra conciencia.
Otro beneficio importante que ofrece la meditación es el aumento en la creatividad. Resulta obvio que, sin una mente relajada y abierta, no tendremos la capacidad de ser creativos. La meditación logra abrir nuestra mente, permitiéndonos liberar ideas y visiones creativas.
Superar los desafíos de la meditación
Incluso con todos los beneficios que ofrece la meditación y los diversos estudios que la respaldan, todavía existen algunos desafíos para llevar a cabo esta práctica. El camino más difícil para lograr la meditación correcta es el de aceptar nuestros propios pensamientos y emociones sin juzgar.
Cuando intentamos meditar, nuestra mente inevitablemente se deja llevar por diferentes pensamientos. Esto resulta una parte inseparable e ineludible de la práctica. Por lo tanto, es importante tener presente que la meditación no es acerca de detener todos los pensamientos que atraviesan por nuestra mente, sino que se trata de entenderlos y dejarlos pasar al mismo tiempo.
Otro obstáculo a la hora de meditar puede surgir de pensar que el meditar nos ayudará a celebrar nuestros deseos de inmediato, sin tomar en cuenta el proceso que toma el sistema mental para lograr este tipo de resultados.
Cuando vemos los resultados inmediatos como algo obligatorio, nos frustramos a nosotros mismos y cortamos nuestra propia práctica. Es recomendable aprender a disfrutar el proceso al mismo tiempo que estamos tratando de lograr los objetivos.
Meditación y culto espiritual
Muchas formas de la meditación moderna se basan en prácticas milenarias relacionadas con el diálogo entre los seres humanos y el elemento espiritual que nos une a todos. Estas variedades de meditación también incluyen la implementación de la visualización creativa, el chant y la adoración a los dioses.
Estas versiones permiten descubrir la dimensión espiritual en la que vivimos, así como el reconocimiento de nosotros mismos a través de un proceso de autodescubrimiento.
Sin embargo, hay otras personas que no están relacionadas con ninguna religión en particular. Estas personas pueden aplicar la filosofía de venerar la espiritualidad dentro de un sistema distinto a una religión específica.
Esta aproximación al cultivo espiritual puede ser una parte importante en la práctica de la meditación. Es sencillo pensar en la espiritualidad como una forma de autodescubrimiento, en lugar de verla como algo entendido o mítico.
Conclusión:
La meditación puede representar un enorme cambio en la vida de cualquier persona. Desde una perspectiva meramente práctica, la meditación puede mejorar fraternalmente nuestra salud y bienestar. Desde una idea más filosófica, la meditación también puede ser una parte esencial para lograr un sentido profundo de conexión con una fuerza superior, con nosotros mismos y con la vida. Cabe destacar que cualquier cambio real viene desde el interior. La meditación se basa en el silencio y quietud, aceptación y observación.
Es la práctica que nos permite conocernos a nosotros mismos y experimentar una profunda conexión con la realidad que nos rodea. Los efectos no son inmediatos, sino que sé gradualmente se van a desarrollar a medida que se realiza esta práctica. Esto implica que es recomendable practicar la meditación de 20 a 40 minutos diariamente y mantener una actitud positiva hacia nuestra actividad. La persistencia gradual y la constancia traen consigo grandes beneficios para la salud, tanto física como mental.
Tras realizar esta práctica y manteniendo siempre una actitud positiva y de fe hacia ella, lograremos experimentar un cambio radical en nuestra mente. Obtendremos una sensación profunda de paz interior. Una claridad sin igual.