viernes, octubre 31, 2025

Academia Vallore consolida su método para transformar negocios del sector belleza

El sector de la belleza vive una transformación silenciosa pero profunda. Lo que durante años fue un espacio dominado por rutinas repetitivas, márgenes ajustados y jornadas extenuantes, comienza ahora a reconfigurarse bajo un nuevo paradigma: el del liderazgo femenino con propósito.

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En este escenario, Academia Vallore, impulsada por la mentora y asesora de imagen Naroa González, se ha consolidado como un faro para cientos de profesionales que buscan algo más que rentabilidad. Su enfoque no gira únicamente en torno a técnicas de venta o estrategias de marketing, sino que propone una nueva forma de emprender, donde la conciliación, el crecimiento personal y el posicionamiento estratégico conviven en equilibrio.

A través de una metodología propia, bautizada como Beauty Global Concept 360, la firma acompaña a mujeres que desean profesionalizar sus centros de estética o peluquería sin renunciar a su vida personal. Porque, como defiende la fundadora, «no se trata de trabajar más, sino de hacerlo mejor».

La conversación con Naroa González permite conocer de cerca el origen y los valores de un proyecto que ha acompañado a más de 600 salones de belleza en su transformación. A lo largo de esta entrevista, se abordan temas clave como la creación del método Beauty Global Concept 360, la conciliación sin culpa, la rentabilidad sostenible y el empoderamiento femenino desde el emprendimiento. González plantea una visión clara sobre los desafíos del sector y reivindica un nuevo modelo de liderazgo: profesional, rentable y alineado con el bienestar personal.

¿Qué fue lo que motivó la creación de Academia Vallore y qué necesidad has detectado en el sector para lanzar esta iniciativa?

Vallore nace de mi propia historia. Yo también fui esa mujer apasionada, talentosa técnicamente, pero agotada, trabajando sin parar y aun así sin ver el resultado económico ni la libertad que me prometieron. Durante años vi a mujeres brillantes dudar de sí mismas, sentir culpa por querer más, y normalizar jornadas interminables para sostener un negocio que, en lugar de darles vida, se la quitaba.

La gran necesidad del sector no es aprender una nueva técnica o llenar la agenda: es aprender a ser empresaria sin perder el alma. Y para eso hace falta estrategia, mentalidad, propósito y acompañamiento real.

Academia Vallore defiende un equilibrio entre estrategia, intuición y creatividad. ¿Cómo se traduce este enfoque en la práctica empresarial diaria de sus alumnas?

En Vallore creemos que una empresaria del sector belleza necesita mucho más que técnica. Por eso, a través de nuestro método Beauty Global Concept 360, hemos desarrollado tres programas pensados para acompañar cada fase del crecimiento de una mujer emprendedora en estética o peluquería.

Durante años nos enseñaron a ser excelentes técnicas, pero nadie nos enseñó a ser empresarias. Y ahí es donde ocurre la verdadera transformación.

En la práctica, nuestras alumnas aprenden a dirigir con estrategia y conciencia desde varios ángulos:

-Conocer sus números, interpretar su negocio y tomar decisiones con claridad.

-Gestión y finanzas para construir un negocio rentable, no una carga.

-Neuroventas, porque la belleza no se vende a los ojos, se vende a la mente y a las emociones.

-Marketing estratégico para atraer a la clienta ideal y no depender del boca a boca.

Comunicación con identidad, transmitiendo autoridad y valor real en redes sin perder autenticidad.

-Liderazgo femenino consciente: dejan de ser jefas para convertirse en líderes capaces de delegar, motivar y retener talento.

-Conciliación consciente, porque escalar no debería significar trabajar más, sino hacerlo mejor.

-Métodos diferenciadores 360º: asesoramiento integral en colorimetría, visagismo y herramientas avanzadas que ya se aplican en París, Londres o Nueva York —y que en España todavía están infrautilizadas.

Este equilibrio entre estrategia, intuición y creatividad permite que nuestras alumnas dejen de sobrevivir dentro de su salón y empiecen a dirigirlo con visión, estructura y libertad. No buscamos mujeres que trabajen más; buscamos mujeres que lideren mejor.

Uno de los pilares del método Beauty Global Concept 360 es la rentabilidad con libertad. ¿En qué consiste exactamente esta fórmula y qué resultados tangibles ha generado hasta ahora?

La rentabilidad solo tiene sentido cuando va acompañada de libertad. Si una mujer factura más, pero vive esclava del salón, no es éxito… es otra forma de agotamiento. Por eso el Beauty Global Concept 360 no solo enseña a vender más: enseña a dirigir, a tomar decisiones estratégicas y a construir un negocio que funcione sin depender de que la dueña esté presente las 12 horas.

Los resultados son claros: alumnas que duplican su ticket medio, que pasan de jornadas interminables a agendas estratégicas, y que logran más ingresos, más clientas ideales y más vida personal. El éxito no es facturar más: es poder elegir cómo y para qué quieres trabajar.

En un mercado tan saturado, ¿cómo logra una profesional de la belleza diferenciarse sin recurrir a la guerra de precios?

Cuando eres una profesional más, compites por precio. Cuando eres una profesional diferente, compiten por reservar contigo. En Vallore trabajamos en diferenciación tangible, no solo estética ni superficial:

-Diagnóstico real de cabello, piel, visagismo y colorimetría.

-Análisis personalizado con metodología usada en París, Londres y Nueva York.

-Programas de transformación, no servicios sueltos.

-Experiencia y narrativa de marca alineada con los valores de la clienta premium.

El resultado es simple: cuando la clienta entiende tu valor, el precio deja de ser argumento.

Naroa, has mencionado en múltiples ocasiones la importancia de conciliar sin culpa. ¿Por qué crees que este mensaje sigue siendo revolucionario en el mundo empresarial femenino?

Porque venimos de un modelo donde se nos enseñó que para prosperar había que sacrificarlo todo: tiempo, maternidad, descanso, vida personal… Y muchas mujeres del sector han normalizado “estar siempre para todos” menos para ellas mismas. En Vallore creemos que la conciliación no es un premio, es un pilar.

Una mujer descansada, respetada y con tiempo para su vida piensa mejor, decide mejor y dirige mejor. El liderazgo femenino no es aguantar. Es construir un negocio rentable que sostenga tu vida, no que la consuma.

El método de formación incluye sesiones estratégicas, análisis personalizado y guiones de venta. ¿Qué valor aporta esta personalización al proceso de transformación del negocio?

La personalización es la clave de la transformación real. Nuestro método no se basa en cursos masivos ni en vídeos grabados donde cada una se las arregla como puede. En Vallore trabajamos con mentorías semanales 1 a 1, atención personalizada y acompañamiento directo, porque cada negocio, cada etapa y cada mujer requiere una estrategia distinta.

No hay grupos ni procesos genéricos. Hay contacto humano, seguimiento cercano y un nivel de implicación total: revisamos cada paso, corregimos cada ejercicio, ajustamos la estrategia según la evolución y damos feedback constante para que no existan dudas ni bloqueos.

Eso marca la diferencia entre “saber qué hacer” y saber hacerlo bien, en el momento adecuado y con seguridad. Esta personalización aporta claridad, foco y agilidad. Evita pérdidas de tiempo, decisiones equivocadas y frustración. Además, acompaña a la emprendedora a mantener la constancia —porque no solo enseñamos, nos involucramos en su proceso para asegurarnos de que ejecuta, corrige y crece.

En definitiva, la personalización garantiza resultados porque no caminamos al lado: caminamos dentro del proyecto, con ella, paso a paso.

En lo personal, ¿qué has aprendido Naroa al acompañar a más de 600 salones en su crecimiento?

He aprendido que el talento nunca fue el problema. El sector está lleno de mujeres brillantes, creativas y comprometidas, pero durante mucho tiempo han cargado solas con el peso del negocio sin una estructura, sin una guía y sin una red que las sostenga.

Acompañar a más de 600 salones me ha enseñado que cuando una mujer entiende sus números, fortalece su mentalidad, y se rodea de apoyo real, pasa algo extraordinario: se da permiso para liderar, no solo para trabajar.

He visto mujeres que entraron agotadas, creyendo que algo les faltaba… y salir transformadas, seguras, elevando precios, liderando equipos y recuperando su vida personal. Y ese proceso me confirma algo cada día: Cuando una mujer tiene estrategia, claridad y acompañamiento, no hay techo que la detenga.

Lo más valioso que me llevo es verlas despertar —descubrir su voz, respetar su valor y entender que su negocio puede ser un vehículo de libertad y no de sacrificio. Eso trasciende números: es identidad, autoestima y expansión personal.

Y a la vez he aprendido algo sobre mí: cada vez que una de ellas crece, yo también crezco. Somos una comunidad que se eleva juntas, y eso es lo más poderoso que he vivido como mentora y como mujer.

Si pudieras dar un único consejo a una mujer que está a punto de abandonar su negocio por agotamiento, ¿cuál sería?

Le diría: no abandones tu sueño, abandona la manera en la que lo estás intentando. El agotamiento no es señal de que no vales o que tu proyecto no sirve.

Es señal de que lo has hecho sola demasiado tiempo, sin estructura y sin apoyo. No necesitas más fuerza; ya la tienes. Lo que necesitas ahora es claridad, estrategia y acompañamiento real para sostener tu visión sin desgastarte.

Pedir ayuda no te hace menos emprendedora, te convierte en líder. Y recuerda algo importante: Tu negocio nació para darte libertad, no para robártela. A veces el paso más valiente no es aguantar más… es decidir hacerlo de otra manera.

Desde tu amplia experiencia, ¿qué papel juega la comunidad en el proceso de empoderamiento empresarial dentro de Academia Vallore?

La comunidad es uno de los pilares más poderosos de Vallore. El crecimiento empresarial puede ser solitario, y muchas mujeres del sector han aprendido a sobrevivir sin apoyo, sintiéndose aisladas dentro de su propio negocio. Por eso, en Valloré convertimos la soledad en impulso colectivo.

Cuando una mujer se une a la comunidad, se da cuenta de que no está sola en sus miedos, ni en sus retos, ni en su deseo de más. Y eso cambia todo.

Porque cuando una se atreve, inspira a otra. Cuando una comparte su logro, demuestra que es posible. Y cuando una cae, el grupo la sostiene hasta que vuelve a levantarse. Nuestra comunidad es una red viva: se celebran los avances, se comparten estrategias, se corrigen errores juntas y se crean alianzas reales entre profesionales que antes se veían como competencia.

El empoderamiento no nace de la competencia, sino de la colaboración y eso es lo que hace tan especial a Valloré: no formamos solo empresarias, formamos referentes que se impulsan mutuamente. Al final, el éxito compartido es más sólido y más humano. Y cuando una crece, de verdad, todas crecemos.

Con una visión innovadora y un enfoque profundamente humano, Naroa González ha convertido Academia Vallore en un espacio de transformación real para cientos de mujeres emprendedoras. Su propuesta, articulada en torno al método Beauty Global Concept 360, redefine la forma de concebir los negocios del sector belleza: como proyectos rentables, sostenibles y alineados con el propósito vital de quienes los lideran.

Esta entrevista pone de relieve no solo la experiencia acumulada de su fundadora, sino también la solidez de una metodología que apuesta por la rentabilidad sin renuncias, el liderazgo consciente y el poder colectivo de una comunidad que no deja de crecer.

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