El trastorno obsesivo compulsivo es una enfermedad mental grave. Las personas realizan compulsivamente los mismos rituales una y otra vez o están plagadas de pensamientos perturbadores. Aunque se dan cuenta de que sus acciones y miedos son irracionales, no pueden controlar sus pensamientos y acciones.
¿Qué es el TOC?
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno mental grave que es devastador para quienes lo padecen.
El trastorno obsesivo compulsivo abarca una amplia gama de características conductuales y psicológicas. Algunos pacientes son perseguidos por pensamientos obsesivos. Por ejemplo, puede tener una idea compulsiva de cometer un acto violento o sexualmente indeseable.
Otros enfermos están bajo presión para realizar ciertas acciones una y otra vez en una forma ritualizada (por ejemplo, lavarse las manos, contar los coches que pasan).
Los pensamientos y acciones se denominan compulsiones porque los afectados suelen tratar de combatirlos sin éxito. La resistencia interna a abstenerse de acciones o pensamientos requiere mucha fuerza y crea una tensión y un miedo cada vez mayores. Solo cuando ceden a las restricciones, la presión disminuye.
Al igual que en los adictos, con el tiempo se establece una especie de efecto de habituación: el ritual suele volverse cada vez más complejo y prolongado hasta que produce la relajación esperada. Por lo tanto, las compulsiones consumen cada vez más tiempo y energía.
Los trastornos obsesivos compulsivos (TOC) son trastornos en los que los pacientes sufren pensamientos o impulsos recurrentes que los mantienen estereotipados y angustiantes. Se hace una distinción entre las llamadas obsesiones y los rituales compulsivos.
Los afectados a menudo intentan sin éxito resistir las compulsiones, por lo que a largo plazo puede surgir un sufrimiento considerable. En esta página y en las siguientes encontrará información especializada detallada sobre el diagnóstico, los factores de riesgo, las causas y la terapia de los trastornos obsesivo-compulsivos.
Las compulsiones suelen ir acompañadas de una intensa ansiedad, que aumenta cuando las personas intentan controlar sus obsesiones o compulsiones. Los afectados son conscientes de que al menos algunas de las compulsiones son fenómenos de su propia mente, pero siguen sin poder resistir las compulsiones de forma sostenida.
Los trastornos obsesivo-compulsivos tienden a propagarse cada vez más si no se tratan, lo que reduce significativamente la calidad de vida del paciente.