lunes, mayo 6, 2024

Caminata diaria según tu edad: La recomendación de la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) persiste en su mensaje acerca de la importancia de la actividad física como uno de los pilares fundamentales para la promoción de la salud y el bienestar, y en especial cuando hablamos de una caminata diaria.

Sin embargo, no todas las recomendaciones son iguales para todas las edades; el cuerpo cambia, los requerimientos también. Precisamente, la OMS aclara cuánto ejercicio es necesario según los distintos escalafones etarios, algo fundamental para adaptar nuestras rutinas a lo que realmente nos beneficia en cada etapa de nuestra vida.

En este artículo, nos proponemos ser la brújula que os guíe hacia una información actualizada y confiable sobre las directrices de la OMS con respecto a la caminata diaria. Es un ejercicio simple, accesible y que, realizado con la frecuencia e intensidad adecuadas, promete ser un gran aliado para mantenernos sanos y activos. Acompañadnos en este recorrido por las recomendaciones de caminatas diarias según diferentes rangos de edad y descubrid cómo adaptar vuestros pasos a la sabiduría de vuestro cuerpo.

INFANCIA Y ADOLESCENCIA: ENERGÍA SIN LÍMITES

INFANCIA Y ADOLESCENCIA: ENERGÍA SIN LÍMITES

La OMS hace hincapié en que los más jóvenes necesitan un alto nivel de actividad física para asegurar un crecimiento y desarrollo saludables. En esta etapa de la vida, la recomendación está entre 60 minutos de actividad física de intensidad moderada a vigorosa a diario. La caminata, aunque pueda parecer un ejercicio leve, puede formar parte de esta cuota si se realiza a un ritmo que aumente el ritmo cardíaco.

Ayudar a los más pequeños a adoptar hábitos saludables es una inversión para toda la vida. Por ello, cualquier caminata puede convertirse en una aventura: ir al colegio a pie, paseos en familia o excursiones con amigos pueden ser excelentes maneras de alcanzar estas metas diarias. Además, es importante que los jóvenes se tomen su tiempo para jugar y participar en actividades deportivas que disfruten, ya que la diversión y el placer son claves para fomentar un estilo de vida activo desde temprana edad.

ADULTOS JÓVENES Y DE MEDIANA EDAD: EQUILIBRIO ENTRE TRABAJO Y MOVIMIENTO

Para los adultos de entre 18 y 64 años, la recomendación es combinar la actividad aeróbica con ejercicios de fortalecimiento muscular. Al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, o bien 75 minutos de actividad vigorosa, es lo sugerido por la OMS. Traducido a caminatas, hablamos de unos 20-30 minutos por día a paso firme para cumplir con el mínimo recomendado de ejercicio moderado.

En el contexto del ritmo de vida actual, en donde las largas jornadas laborales y la sedentaridad amenazan con tomar la delantera, incorporar la caminata como parte de la rutina diaria es más práctico de lo que parece. Optar por desplazarse a pie o bajarse unas paradas antes del transporte público son estrategias sencillas para insertar más movimiento en nuestras vidas. Además, caminar puede ser un desestresante maravilloso después de un día en la oficina, ayudando a limpiar la mente y a estimular la circulación sanguínea.

TERCERA EDAD: ACTIVOS Y ÁGILES

TERCERA EDAD: ACTIVOS Y ÁGILES

La vejez no es sinónimo de inactividad. De hecho, mantener una rutina de ejercicios es esencial para preservar la autonomía, la fuerza muscular y prevenir enfermedades crónicas. Para aquellos que superan los 65 años, la OMS aconseja al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, o 75 minutos si la actividad es vigorosa, con un enfoque en ejercicios que mejoren el equilibrio y prevengan caídas.

Las caminatas diarias, por su bajo impacto y fácil adaptación a distintos niveles de forma física, son ideales para los mayores. La clave está en mantener un paso constante y seguro, y en lo posible, realizar estas caminatas en compañía para incrementar el entusiasmo y la seguridad. Asimismo, se debe prestar atención a la superficie sobre la que se camina, evitando terrenos irregulares que puedan representar un riesgo de tropiezos.

BENEFICIOS ENCADENADOS: MÁS ALLÁ DEL CONTADOR DE PASOS

La invitación a caminar diariamente es una puerta hacia innumerables beneficios que, a veces, subestimamos. No solo hablamos de la mejora cardiovascular y el control de peso, sino también de ventajas menos palpables pero igualmente significativas, como la reducción del estrés y la mejora de la salud mental. Recordemos que el ejercicio físico induce la liberación de endorfinas, conocidas popularmente como las «hormonas de la felicidad», y caminar no es la excepción.

No podemos ignorar tampoco el papel vital de la caminata en la prevención de enfermedades crónicas. Si bien es cierto que cualquier cantidad de ejercicio es mejor que ninguno, seguir las recomendaciones de la OMS podría reducir significativamente el riesgo de padecer diabetes tipo 2, cáncer de colon y de mama, así como enfermedades cardiovasculares. Cada paso cuenta en la construcción de un futuro más saludable.

CAMINAR EN EL SIGLO XXI: TECNOLOGÍA Y CONECTIVIDAD

CAMINAR EN EL SIGLO XXI: TECNOLOGÍA Y CONECTIVIDAD

En nuestra era digital, la tecnología se ha aliado con la salud de maneras antes inimaginables. Los podómetros y aplicaciones de seguimiento de actividad permiten a las personas monitorizar sus pasos diarios, establecer objetivos de ejercicio y hasta participar en desafíos virtuales de caminata con amigos o desconocidos alrededor del mundo. Esta hiperconectividad puede actuar como un motivador importante, transformando la rutina de caminata en una actividad social y competitiva que brinda un refuerzo adicional a la hora de mantenernos en movimiento.

Estas herramientas tecnológicas ofrecen una retroalimentación inmediata y datos precisos sobre nuestra actividad, permitiéndonos adaptar nuestras metas a medidas concretas y, así, fomentar un sentido de logro personal. Además, son una fuente de educación sobre nuestros hábitos y nos ayudan a entender mejor cómo la actividad física se incorpora a nuestro estilo de vida.

ADAPTABILIDAD Y DIVERSIDAD: CAMINAR PARA TODOS

La belleza de la caminata como forma de ejercicio radica en su adaptabilidad. Puede ser practicada por casi cualquiera, sin importar el nivel de condición física, y puede ser adaptada a los distintos entornos, desde la tranquilidad de un parque hasta el ajetreo de una ciudad. Para quienes buscan aumentar la intensidad, el power walking o la marcha nórdica son variantes que incrementan el gasto calórico y la tonificación muscular.

Las personas con movilidad reducida o aquellas que enfrentan condiciones de salud específicas también pueden encontrar en la caminata una actividad accesible. La clave está en la personalización: ajustar la velocidad, la distancia y el tiempo según las capacidades individuales y siempre bajo supervisión médica. La inclusión de caminatas en la rutina semanal es un paso hacia la democratización del ejercicio físico.

Con este enfoque ampliado aspiramos a haber iluminado nuevas facetas del tema, evidenciando por qué la caminata, tan simple y universal, es en efecto una potente herramienta de bienestar a nuestro alcance. La OMS nos ha dado el mapa, ahora nos toca a nosotros caminar el camino.

Diego Disese
Diego Disese
Apasionado por la gráfica y la comunicación. Trato de explorar el por qué, el para qué, el dónde, el quién y el cómo de los hechos, ya que es un compromiso con la verdad. Y la verdad lo es todo.

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