lunes, agosto 25, 2025

La formación bonificada sigue infrautilizada en las pymes a pesar de su impacto en competitividad

La inercia del calendario empresarial convierte septiembre en un momento decisivo para la planificación y ejecución de programas de formación bonificada para empresas. Con el cierre del ejercicio cada vez más próximo, muchas organizaciones reactivan sus planes formativos con el objetivo de maximizar el uso del crédito asignado para formación programada por las empresas, evitando así la pérdida de recursos formativos no utilizados.

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Según el último informe de FUNDAE, durante 2024 más de 347.000 compañías accedieron a la formación bonificada, aunque este dato solo representa el 20,5% total de empresas con derecho a bonificación. A pesar de que las grandes empresas optimizan mejor el crédito disponible, las pymes siguen presentando una baja tasa de aprovechamiento. Esta brecha evidencia la necesidad de profesionalizar la gestión del crédito formativo y alinear la formación con los objetivos estratégicos de negocio, especialmente en sectores y áreas que demandan una actualización constante de competencias.

El valor estratégico de la formación y su impacto sectorial

Las grandes empresas han reforzado en 2024 sus planes de formación en competencias críticas como la seguridad laboral, los idiomas y las habilidades digitales, con más de 32,6 millones de horas de formación ejecutadas. Desde AdelantTa, consultora especializada en formación, selección y externalización del departamento de recursos humanos para empresas, explican que esta apuesta responde a una “visión estratégica de la formación: no solo como actualización técnica, sino como herramienta de desarrollo organizativo, retención del talento y adaptación a los desafíos del entorno competitivo”. En paralelo, sectores como la restauración, el marketing, los sistemas y la gestión ambiental concentran el mayor volumen de formación, impulsados por la transformación digital y las exigencias en sostenibilidad.

Gestión integral del plan de formación y optimización del crédito

La dificultad para gestionar el crédito, seleccionar contenidos adecuados y cumplir con los requisitos legales para poder bonificarlos son barreras frecuentes, especialmente en las pequeñas y medianas empresas. Para dar respuesta a esta necesidad, AdelantTa ofrece un modelo de externalización del plan de formación que incluye el diagnóstico de necesidades, diseño de itinerarios formativos personalizados, adaptación metodológica (presencial, virtual o híbrida), gestión administrativa y seguimiento del impacto.

“Nuestra división de formación se ocupa de todos los aspectos operativos: desde la inscripción de participantes y provisión de materiales, la impartición, hasta la gestión y optimización del crédito asignado. Esto permite a las empresas centrarse en los objetivos formativos, sin preocuparse por la complejidad administrativa”, explica Vanesa Velasco, directora de operaciones de la firma.

El servicio está diseñado para asegurar el uso estratégico del crédito disponible, adaptando las acciones a las prioridades de cada empresa y garantizando el cumplimiento normativo. Además, la firma ha desarrollado una amplia oferta de formación bonificada para empresas en competencias clave como inteligencia artificial, liderazgo, marketing digital o gestión ambiental, con una estructura modular y metodologías orientadas a resultados.

Una herramienta de competitividad para el último trimestre del año

Aprovechar el crédito formativo antes del final de año es una oportunidad real para reforzar competencias, alinear equipos con los objetivos empresariales y consolidar una cultura de aprendizaje continuo, permitiendo, por otra parte, recuperar esa inversión ya asignada. Contar con un socio especializado como AdelantTa garantiza que cada acción formativa se traduzca en impacto organizativo, retorno económico y mejora competitiva. Porque formar no es una obligación administrativa: es una decisión estratégica.

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