El estrés laboral te enferma. El estrés a largo plazo no solo puede conducir a la enfermedad, sino también a la discapacidad. Las razones para esto son complejas. Los objetivos exagerados, el aumento de la presión del tiempo o el exceso de horas extra a menudo se citan como causas.

El estrés es omnipresente en estos días, independientemente de si estamos en el trabajo o persiguiendo nuestros intereses privados. Todas las personas tienen estrés. E incluso un niño en el útero experimenta estrés por las circunstancias de su madre, tanto positivas como negativas. Pero, ¿qué significa realmente el estrés? ¿Y tú cómo lidias con el estrés laboral?

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Definición de estrés

Nuevamente llegarás tarde, el autobús se aleja frente a ti y en el trabajo te esperan innumerables correos electrónicos con tareas pendientes urgentes, mientras que tu colega espera con urgencia tus comentarios. Todos nosotros estamos familiarizados con situaciones estresantes en la vida cotidiana y, a veces, deseamos poder simplemente presionar el botón de «pausa».

Pero, ¿cómo se define realmente el estrés? El término estrés proviene originalmente del campo de la mecánica y describe el efecto de una fuerza externa que conduce a la deformación o presión.

El médico y bioquímico húngaro-canadiense Hans Selye fue el primero en introducir el término estrés en la medicina y, por lo tanto, se le considera el padre de la investigación sobre el estrés. Proporcionó una definición bastante general de estrés como «la respuesta no específica del cuerpo a una demanda».

En general, el estrés no es negativo. Hay situaciones en las que es bastante útil y nos hace avanzar, sí, incluso puede llevar a nuestro cuerpo al máximo rendimiento. Porque las causas desencadenantes del estrés (los llamados estresores) ponen a nuestro organismo en un estado de alarma necesario, que moviliza nuestras reservas energéticas y, por evolución, nos prepara para atacar o huir.

Las hormonas del estrés cortisol, insulina, adrenalina y noradrenalina se liberan en muy poco tiempo, el impacto positivo aumenta y los músculos se tensan.

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Establece objetivos realistas: quita la presión y el estrés laboral

Muchos empleados se exponen a objetivos excesivos en el trabajo y luchan por objetivos que no pueden alcanzar en el período establecido. Se ponen bajo mucha presión para lograr estos objetivos poco realistas.

A su vez, no lograr los objetivos genera una presión y una frustración aún mayores. Por lo tanto: Reduce la presión y asegúrate de establecer metas que también sean alcanzables para evitar el estrés laboral.

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Aprende a decir «no»

No puedes complacer a todos. La colegialidad es una gran cosa, siempre y cuando no sea a tu costa. Ten cuidado de no ser aprovechado. Sé útil para los colegas, pero también establece límites claros.

También sé claro para tus superiores si te asignan tareas que no pueden completarse dentro del período establecido. Las promesas que no se pueden cumplir solo generan frustración en ambos lados.

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Establece prioridades

¿Estás abrumado por el gran volumen de tareas? Luego trata de priorizar tus actividades según la importancia y la fecha límite. No todas las cosas tienen que hacerse inmediatamente. ¿Qué tareas tienen alta prioridad y requieren una finalización inmediata? ¿Qué tareas tienen un poco más de tiempo y también se pueden completar en la próxima semana?

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Plazos y organización del trabajo

Establece plazos fijos para completar tus tareas. Intenta organizar tu semana laboral y darle una estructura sólida. Esta es la única manera de realizar un seguimiento y control.

Aquí es útil, por ejemplo, crear un plan semanal: crear ventanas de tiempo fijas para actividades que se repiten regularmente. Sin embargo, al crear el plan, asegúrate de crear ventanas de tiempo para actividades administrativas o no planificadas.

Tiene que existir cierta flexibilidad. Usando el plan, puedes identificar rápidamente cualquier problema y buscar alternativas a tiempo.

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Estrés laboral: Mantén la calma y concéntrate

Hay fuerza en la calma – Confucio afirmó eso hace más de 1,000 años. No puedes hacer todo a la vez. Mantén la calma y trabaja en un punto a la vez. Concéntrate en la tarea que estás haciendo en este momento.

Evita las distracciones y pon tu teléfono inteligente en silencio siempre que sea posible. La multitarea ha sido durante mucho tiempo una palabra de moda popular. Ahora se ha demostrado científicamente que esto es un mito. Si intentas hacer todo al mismo tiempo, tu trabajo será desenfocado e ineficiente y te causará estrés laboral.

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Piensa positivamente

Pase lo que pase: mantén una actitud positiva y, sobre todo, ¡no pierdas el sentido del humor! Aquel para quien el vaso está medio lleno y no medio vacío vive mejor y más tiempo. Una forma de pensar optimista ayuda a reducir el estrés laboral y general a largo plazo.

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Descansos regulares

Asegúrate de tomar descansos regulares y almorzar todos los días. Especialmente cuando haces un trabajo de oficina, los descansos son de suma importancia. A menudo sucede que los empleados trabajan durante sus descansos para «recuperar el tiempo».

Sin embargo, este cálculo no cuadra, porque: Quienes no se permiten un descanso para almorzar tienen un desempeño deficiente y necesitan más tiempo para realizar las tareas que se les asignan.

Además, el empleador no sólo está legalmente obligado a conceder descansos periódicos. También está obligado a vigilar el cumplimiento de estos descansos.

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Dormir y comer regularmente

Si duermes lo suficiente, no solo eres más productivo, sino también menos estresado. Así que asegúrate de dormir lo suficiente y trata de acostarte a la misma hora con la mayor frecuencia posible.

El número de horas que una persona necesita para dormir varía de persona a persona. Muchas personas necesitan de 7 a 9 horas de sueño para estar bien descansadas. Sin embargo, algunas personas necesitan dormir más o pueden arreglárselas con menos horas. Has tenido una buena noche de sueño cuando te sientes en forma y relajado durante el día.

A menudo se puede observar que las personas propensas al estrés también exhiben hábitos alimenticios poco saludables. Comer de forma irregular durante el día conduce a la falta de concentración y a los antojos de alimentos.

Al comer demasiado por la noche corres el riesgo de dormir mal por la noche. Así que trata de comer comidas regulares. Además, evita las comidas copiosas a la hora del almuerzo o antes de acostarte.

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Evita la sobrecarga permanente

En casi todos los trabajos sucede que tienes que trabajar horas extras en algún momento. Mientras esa siga siendo la excepción, también está bien. Una sobrecarga permanente, por otro lado, genera estrés laboral y no es razonable.

Todos tenemos reservas de energía limitadas. Si esperas demasiado a largo plazo, tarde o temprano tendrás que enfrentarte a graves consecuencias. Dependiendo del caso individual, estos pueden ir desde un estado de agotamiento, falta de concentración, una caída en el rendimiento hasta la depresión y el agotamiento.

Por lo tanto, evita la sobrecarga permanente y busca soluciones para contrarrestarla. Si es necesario, también debes involucrar a colegas o superiores y pedir ayuda.

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Tiempo

Trata de lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida privada. Encuentra un pasatiempo. Solo aquellos que pueden desconectar en su tiempo libre también tienen plena productividad en el trabajo. El deporte es particularmente bueno contra el estrés, especialmente al aire libre. Pero los contactos sociales, como pasar tiempo con amigos y familiares, también te ayudan a relajarte y desconectarte.

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