La ansiedad es una parte normal de la vida. Sin embargo, si la ansiedad se vuelve excesiva es necesario conocer algunas herramientas para reconocerla y aprender a manejarla con el objetivo de mantener un buen bienestar emocional. A continuación, te presentamos información detallada acerca de la ansiedad, cómo identificarla y cómo manejarla.
La ansiedad es un estado de nerviosismo o malestar emocional que surge ante situaciones desconocidas o difíciles, asociado con sentimientos de preocupación, miedo, inquietud y estrés. Esta emoción está ligada a la capacidad humana de anticipar situaciones adversas o peligrosas, lo que puede resultar beneficioso a medida que permite reaccionar con rapidez y prevenir daños. La ansiedad se trata de un mecanismo de defensa que se activa siempre que se presenta una amenaza.
No obstante, si los niveles de ansiedad no descienden tras la aparición de la amenaza o si empieza a surgir en situaciones cotidianas sin que se presente ninguna amenaza, esta está en un nivel excesivo. La respuesta a esta ansiedad desmedida puede ser la incapacidad de tomar decisiones, el aislarse del mundo u otros mecanismo de desplazamiento emocional. Esta respuesta depende del individuo y el alcance de su ansiedad.
Índice
Clasificación
La ansiedad generalmente se agrupa bajo dos categorías principales: ansiedad patológica y ansiedad normal. La ansiedad patológica es un trastorno mental caracterizado por una excesiva y persistente ansiedad. Esta ansiedad se presenta sin ningún estímulo y provoca una alteración significativa de la actividad diaria.
La ansiedad normal es la ansiedad regular experimentada cotidianamente. Esta ansiedad es necesaria para abandonar la comodidad y buscar nuevas experiencias. A diferencia de la ansiedad patológica, la ansiedad normal no interfiere con la vida de quien la experimenta, sino que aporta motivación para entrar en acción.
Síntomas
La ansiedad se presenta de diversas maneras dependiendo de la fuente del estrés y la susceptibilidad al mismo. Esta podría presentar síntomas físicos, como palpitaciones cardíacas, sudoración, agitación o dificultad para respirar, o también síntomas mentales, como inquietud, depresión, pesimismo, nerviosismo, dificultad para concentrarse, incapacidad para relajarse y/o preocupación excesiva.
Otros síntomas más comunes incluyen sentimientos de miedo, ansiedad, impotencia, tristeza, inquietud, desesperanza, ira, e irritabilidad. En los casos más graves la ansiedad puede desencadenar ataques de pánico, que se presentan con una mayor intensidad y frecuencia. Estos síntomas pueden empeorar si el individuo no recibe la ayuda adecuada para enfrentarlos.
Factores que contribuyen a tener ansiedad
Existen diversos factores que contribuyen a la aparición de la ansiedad y esta puede desencadenarse en situaciones en la vida real como el estrés, la irritación, el enojo o la tristeza, además de otros factores externos como, por ejemplo, el ruido, los cambios emocionales, los niveles altos de estrés o preocupación, los problemas con el trabajo o los problemas familiares.
Otros factores de riesgo son el consumo excesivo de cafeína, el consumo de drogas o alcohol en exceso, el abuso de medicamentos, una situación económica precaria o una mala alimentación. En ocasiones el problema de la ansiedad puede ser genético o incluso la consecuencia de haber sufrido un trauma en la infancia.
Cómo identificarla
La mejor manera de identificar la ansiedad es reconociendo los síntomas y obrando en consecuencia. Y para ello es importante hacerse las siguientes preguntas: ¿siento ansiedad en situaciones que normalmente no me creaban ansiedad?, ¿tengo dificultad para controlar mis sentimientos?, o ¿me cuesta mucho acostumbrarme a situaciones nuevas?
Es importante ser honesto al responder estas preguntas. Esto te ayudará a identificar los síntomas de la ansiedad y a reconocer cuando los sentimientos de ansiedad y miedo empiezan a afectar tu nivel de bienestar emocional. No dejes que estos sentimientos se vuelvan desbordantes, sino que aprende a reconocerlos y tratarlos como parte de tu vida.
Cómo manejarla
La ansiedad puede ser muy desbordante, pero se puede aprender a manejarla. Primero es importante aprender a aceptar las propias emociones y tener paciencia con los tiempos de reacción ante estas. Eso significa permitirse el lujo de sentirse ansioso, ofreciéndose a sí mismo la tranquilidad para replantear la cuestión con una nueva perspectiva.
Es importante tener tiempo para uno mismo durante los episodios de ansiedad y mantener despejada la mente. Practicar técnicas de relajación como respiración profunda, yoga o meditación pueden ayudar a calmarnos y darnos un espacio para centrarnos con el objetivo de encontrar una solución práctica.
También resulta útil hablar con alguien para expresarnos y buscar apoyo emocional. Compartir los sentimientos nos ayuda a liberar la presión y recibir ayuda y consejos. Además, se deben evitar los pensamientos catastróficos y aprender a identificar los pensamientos irracionales que encontramos en momentos de ansiedad.
Cómo prevenirla
Existen una serie de medidas que pueden ayudar a prevenir la ansiedad. Primero es importante enfocarse en nuestras metas y trabajar para alcanzarlas. Además de mantener un estilo de vida saludable para mejorar el sistema inmunitario, una buena alimentación, ejercicio físico regular, la práctica de actividades relajantes como el yoga, tai chi, meditación o mindfulness o la creación de una rutina para reducir la cantidad de estrés y sacar tiempo para nosotros mismos, son factores que contribuyes al bienestar emocional.
También puede ser útil fomentar el optimismo, la gratitud y la positividad para representar los sentimientos más adecuados para enfrentar los desafíos. También es importante alejarse de la computadora y la televisión para fluir durante el día.
Cuándo buscar ayuda
Si los síntomas de ansiedad persisten durante varios días o se vuelven difíciles de gestionar es necesario buscar ayuda profesional. Los terapeutas pueden ayudar con técnicas de exposición y consejería, así como ofrecer tratamientos específicos para controlar los síntomas.
Otro recurso importante para controlar la ansiedad es hablar con amigos y familiares, quienes pueden ofrecer el apoyo y la comprensión necesarios para superar esta situación. Es importante recordar que hay maneras efectivas de enfrentar la ansiedad y que el hecho de hablar de ella con nuestros seres queridos es un buen comienzo.
La ansiedad es un sentimiento completamente normal. Muchas veces los sentimientos de ansiedad son la señal de que hay problemas que necesitan ser abordados. Aprender a reconocer los síntomas de la ansiedad y establecer herramientas prácticas para manejarla, es un paso importante para mejorar el propio bienestar emocional.