lunes, junio 16, 2025

¿Cómo tus emociones influyen en tu apariencia?

Nuestra piel y cabello son más que simples envoltorios. Actúan como un lienzo sobre el que se reflejan nuestras emociones, nuestras experiencias y nuestra salud en general. La conexión entre la mente y el cuerpo es profunda, y las emociones que experimentamos día a día tienen un impacto directo en la apariencia de nuestra piel y cabello. 

Aunque no siempre lo percibimos, la felicidad, el estrés, la tristeza o la ira pueden manifestarse a través de cambios en nuestro tono de piel, la aparición de acné, la pérdida de brillo del cabello o la aparición de caspa.  

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El estrés: un ataque a la piel y al cabello

El estrés crónico, esa sensación de presión constante que parece no tener fin, puede ser un enemigo silencioso de nuestra piel y cabello. 

Cuando el cuerpo se encuentra en estado de alerta, libera hormonas como el cortisol. Esta hormona, aunque esencial para responder a situaciones de riesgo, en exceso puede generar cambios negativos en la piel. 

El cortisol aumenta la producción de sebo, lo que puede obstruir los poros y ocasionar brotes de acné, piel grasa y brillosa. Además, puede debilitar la barrera protectora de la piel, haciéndola más vulnerable a la irritación, la sequedad y la sensibilidad. 

En el caso del cabello, el estrés puede desencadenar la caída del mismo.  El cortisol altera el ciclo de crecimiento capilar, debilitando los folículos pilosos y propiciando la pérdida de cabello. También puede contribuir a la aparición de caspa, sequedad y falta de brillo, creando una apariencia deshidratada y quebradiza

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