Las claves psicológicas para evitar olvidos frecuentes

Los olvidos no son poco común: es fácil olvidar el nombre de un amigo o la leche al ir de compras. 

Las fallas de memoria individuales aún no son un signo de enfermedad. Incluso en la vejez, los olvidos frecuentes no necesariamente indican demencia. Pero, pueden existir otras razones si el contenido de la memoria no se puede recuperar. 

¿Cuánto olvido es normal?

¿Cuánto olvido es normal?

No todas las personas que sufren de olvidos están dementes o enfermos. Por lo general, todos olvidamos algo de vez en cuando, tanto jóvenes como mayores.

Esto no es una debilidad, sino un mecanismo necesario del cerebro para protegerse de la sobrecarga sensorial. Por lo tanto, una cierta «frustración» es normal, siempre que se mantenga con moderación y no aumente.

También es normal ser más olvidadizo en la vejez o no poder recordar (con precisión) algunas cosas. Porque con el paso de los años, los procesos mediante los cuales el cerebro almacena y recupera información de la memoria también se ralentizan.

Luego, las células transfieren la información más lentamente y la capacidad de recordar disminuye. Esto significa que incluso en las personas mayores, el olvido no necesariamente indica demencia (como el Alzheimer).

Por ejemplo, la falta de líquidos suele ser el desencadenante de los olvidos, especialmente entre las personas mayores. Incluso cuando está estresado y agotado, su memoria a veces puede fallarle.

Sin embargo, tales lagunas en la memoria o incluso la confusión no deberían aumentar notablemente. Si esto sucede, puede indicar un rendimiento reducido de la memoria que va más allá del olvido «inofensivo». Las posibles razones de esto son un flujo sanguíneo cerebral insuficiente debido a arterias «calcificadas», depresión, trastornos de ansiedad, abuso de alcohol o incluso demencia.

Dariana Echeto
Dariana Echeto
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